El estilo es eterno

Si hay algo que identifica a los daneses, es su gusto por viajar, por descubrir, por explorar. Algunos lo hacen en grupos, siempre juntos, muchas veces sin involucrarse ni conocer mucho de las culturas locales, les gusta salir de su seguro reino y ver qué hay más allá de sus fronteras. Otros son más receptivos y no solo van y ven, sino que respiran muy, muy profundo y dejan que los nuevos aires, texturas, colores, historias e impresiones entren a sus corazones y los integran en sus vidas ... y en sus ambientes.



Cuando entré en la casa de Gitte Viggosson, no sólo me pareció acogedora y de muy buen gusto, sino que inmediatamente pude imaginar que era el reino de una mujer que le gusta el mundo, que vive todos sus viajes y que cada vez, trae con ella un toque de las culturas que ha conocido, que se incorpora con detalles en sus ambientes de manera armónica y contrastada, dándole un aire cosmopolita.



Si bien también aquí el blanco juega un papel fundamental en el entorno, la calidez de los detalles en otros colores, el uso de la madera, suaves pieles, plantas y flores moldean un ambiente acogedor y chic. Este último detalle, el de las flores y plantas es algo que también me ha llamado mucho la atención. Son un elemento esencial y siempre presente en las casas danesas. Me gusta ver a veces arreglos que son realmente preciosos hechos solo con ramas y hojas; una sinfonía de verdes que sorprende, alegra y de alguna manera refresca los ambientes.



También, la diseñadora de interiores chilena María Eugenia Yañez-Olesen, ha puesto su mano en estos espacios en un trabajo siempre muy cercano con Gitte. Al verlas conversar pensaba, qué tan posible es lograr en Chile ese nivel de confianza mutua a la hora de trabajar con un cliente. Y no solo pienso en el mundo del diseño y la decoración sino en todo tipo de servicios. He visto cómo en Chile se busca a alguien a quien se le pide todo un proyecto. Pero luego las ideas se implementan con un tercero completamente ajeno al proyecto original ... porque es más económico, por ejemplo. Esa es una actitud nuestra que no me gusta. O cómo a veces se llama a alguien con la idea de una asesoría y con el correr de la primera conversación te das cuenta que tu cliente está empecinado/a con su idea y nada que le digas desde tu punto de vista profesional le importa. Eso, normalmente, no sucede en Dinamarca y es una gran ventaja para trabajar cómodo y en un ambiente de respeto muy agradable.



En fin, volviendo a nuestra visita por este tradicional estilo danés, en este país, la vida transcurre durante largos períodos del año puertas adentro. Las escasas horas de luz y de sol, el clima frío, el viento permanente que cala hasta los huesos, hacen que un buen ambiente en casa sea fundamental.



En fin, volviendo a nuestra visita por este tradicional estilo danés, en este país, la vida transcurre durante largos períodos del año puertas adentro. Las escasas horas de luz y de sol, el clima frío, el viento permanente que cala hasta los huesos, hacen que un buen ambiente en casa sea fundamental.



Acá el espacio se aprovecha al máximo ¡pero ojo! sin recargar los ambientes. Las líneas rectas y depuradas de los muebles hacen que éstos no pierdan modernidad con el paso del tiempo. Y como si fuera poco, la experiencia ha demostrado que es fácil ajustarlos a diversos tipos de decoración. La sencillez con estilo es definitivamente un plus.



La utilización de la madera, tanto en el piso como en los muebles no sólo resulta cálida, sino que favorece también la sensación de comodidad. La idea es que tu espacio además de ser cómodo, sea funcional. Y aquí se logra. Con detalles de arte y contrastes bien logrados, es definitivamente una casa a la que es un placer visitar.



La próxima vez no hablaremos de casas, sino de otro diseño danés. El que mostrará una nueva versión del Copenhagen Fashion Week, al que alcancé a llegar tras mi última “arrancadita” por dos semanas a Chile.



¡Qué tengan una buena semana! Y no olviden las palabras de Yves St. Laurent: “Las tendencias desaparecen, el estilo es eterno”.


Articulo en Blog Revista Cosas

Crear un mundo de sensaciones

Dinamarca es un país pequeño. Ha sucedido que políticos y cantantes de renombre mundial hayan confundido Copenhague e incluso la misma Dinamarca con ... ¡la capital de Suecia! ¡Oops! Y ciertamente no estamos ante una inmensidad de territorio. Pero déjenme decirles algo: sí estamos ante una inmensidad de creatividad, gusto y estilo.




Si hay algo que en todas partes logra enlazarse con los daneses es el diseño. Últimamente he tenido la suerte de visitar algunas casas que me dieron la posibilidad de encontrarme con el diseño interior danés: flexible, limpio, espacioso, de líneas rectas y depuradas, desde tres estilos muy distintos y todos muy daneses. Eso es lo que les voy a mostrar hoy y en un par de post más




Desde la primera vez que uno visita este país es posible notar y ver que el diseño forma parte de la vida cotidiana danesa. Creo realmente que tiene que ver con su identidad, con su ADN y con su forma de relacionarse con las cosas y los entornos. Y no les hablo solo de un tema de estética sino que el diseño y la arquitectura deben dar finalmente soluciones inteligentes a problemas más o menos complicados e integrarse armónicamente con su entorno. Debe ser práctico y confortable. Una maravilla de simpleza donde muchas veces el “más es menos”, cobra el más absoluto de los sentidos




En este mundo de estilo escándinavo, una chilena ha logrado poner su impronta. Su nombre fue de boca en boca generándole clientes que dejaban en sus manos sus casas en Dinamarca, lo mismo que las que tenían en el extranjero. Como a varias de nosotras el amor la trajo a este país, pero tras algunos años en el país, muchas horas de observación y estudio, la diseñadora de interiores, María Eugenia Yañez-Olesen, pudo captar la esencia del diseño escandinavo y ponerle un ligero toque de calidez que le daba un giro diferente y todavía atractivo para los daneses.




Ella pudo conjugar lo original, lo funcional y lo innovador para crear espacios más chic y agradables para vivir o trabajar. No solo se trata de saber dónde poner cortinas y muebles sino de crear un espacio, darle vida; tal vez darle una nueva vida a un rincón que siempre estuvo ahí. Se trata de reflejar el alma de quienes usan el espacio, se trata de formas, colores, texturas y formas que, por qué no decirlo, finalmente se transforman en una unidad que simplemente puede mejorar tu calidad de vida.


La primera casa a la que entraremos es un sueño de mar. Ubicada en la costa de Copenhague, la sala, la habitación principal y las habitaciones de las dos hijas tienen vista al mar. Y tal como inmenso es el mar, los espacios en la casa muestran amplitud, aire, lugar para todos. Las barandas de la terraza son de vidrio, por lo que al mirar desde la sala pareciera que ésta se inserta suavemente en el mar como una extensión natural y perfecta.




El color blanco en el cortinaje, lo mismo que en los sillones y en varios otros detalles de la casa, y luz artificial en abundancia, enfatiza la apuesta por la luminosidad en un país donde el largo invierno reduce notablemente las horas de luz natural. Por otro lado, durante los meses de verano se produce un contraste excepcional con el azul del mar y con el verde intenso de los alrededores.




Para mí la experiencia de María Eugenia, su trabajo y lo que veo diariamente es una fuente inagotable de inspiración. Sin duda ayuda a mantener los sentidos abiertos, despiertos y alimenta tu alma, tu estilo y tu gusto con lo que ves, modelando así tu gusto personal y el estilo que darás a tus propios espacios.




¡Disfruten una buena semana y ya nos encontramos la próxima semana!



Articulo en Blog Revista Cosas